Rita Beauperthuy

Como Silencios Bulliciosos

Tuercas, tornillos y llaves han quedado atrás. ¿Fueron, son y serán índices de sus trabajos posteriores? Sólo ella podrá responder: Rita Beauperthuy. Sin embargo, en algunos lienzos puede aparecer una llave con vestigios del pasado, añoranzas, recuerdos de lo que fue, pero con marca del presente, del ahora, del hoy. De igual manera, connotaciones (macho, hembra, secretos, misterios) protagonistas de aquel tiempo, se develan con crónicas y relatos urbanos, para subyugar en cada imagen. Así, fluyen las subordinaciones del tiempo, con todas sus complejidades, con dependencia e independencia de todas las obras y de cada una de las obras, con una conexión del presente, consecuencia de un pasado y prosecución de un futuro, que emerge en la urbe, en la ruidosa ciudad, en la compleja población, en toda y cada una de las viviendas que se ocultan en la topografía citadina y en sus habitantes. Viviendas desdibujadas y personajes sin rostros, pero sentidos, sensibles, humanos, con corazones y emociones, sintópicamente se cruzan en la diacronía y sincronía de cada uno de ellos. Consciencia y subconsciencia que Rita refleja en sus obras.

Mágicamente, ella introduce la llave, abre y devela la cotidianidad de los habitantes urbanos. Tiempo y espacio, en diversidad de tonos cuentan el acontecer de la urbe, con silencios bulliciosos, con un ir y venir y con la base de un amarillo rescatado ilumina el sentir de la ciudad. Crónicas silentes, coloridas juegan en un estaticismo-dinámico que fortalece el ir y venir de los cuadros. Selva urbana, rutina de la ciudad, secretos personales y familiares, vidas diferentes, alegría y tristeza, corazones desnudos, realidades, gente sola, gente acompañada, gente oculta y escondida en su refugio hogareño, sentir social, por un lado, pero también, por el otro, muestra gente preparada a enfrentar el día a día, erguida, frente en alto, dispuesta a ofrecer lo mejor de sí en cada actuación, sentir individual.

El paso del tiempo ha sido el misterio que ha cautivado a la artista. Y por ello lo ha convertido en uno de sus elementos de expresión, elemento constante que se articula en estas obras con la morfología y las tonalidades de los muros (las construcciones, las viviendas, las edificaciones), con la morfología y las tonalidades de los paseantes urbanos, con la perspectiva interior y exterior de quien crea y quien observa los cuadros. Concepción, maduración y proyección de situaciones cotidianas y reales, son el reflejo de los emocionados trazos. Construye un tiempo expresado en composiciones elaboradas mediante la dicotomía existencial soledad/compañía. Tiempo que nos remite al tiempo pasado de Rita, lo que ha creado, al tiempo presente de Rita, lo que crea, y, al tiempo futuro de Rita, lo que creará. La obra se presenta: Espiritualidad y estética, intimidades sentidas que reflejan el compromiso existencial del ser humano, de la mujer, de la artista.

Profesora Norma González
Magister en Lingüística y Cursante del Doctorado
en Teoría de la Educación y Pedagogía Social
Caracas, 28 de septiembre de 2000

Creado por M. Windevoxhel para Arte en la Red