SUN CITIES MUSEUM of ART

En una exposición apropiadamente titulada "Symbols" (Símbolos), los ensamblajes de Rolando González Marrero combinan restos de maderas curtidas por la intemperie, tablas desbastadas y segmentos de ramas como expresión del tema universal del "árbol de la vida". Con un énfasis contemporáneo en los materiales y un cierto diseño minimalista, González Marrero transforma tablas en formas que semejan cajas las cuales contienen fragmentos de árboles como si fueran elementos preciosos...o como prisioneros, dependiendo de la forma en que se miren.

Ciertamente, los árboles son especiales para el artista en un sentido simbólico y espiritual que se refiere a la esencia y continuidad de la vida que el árbol representa. El "árbol de la vida" es una referencia muy usada que encuentra su expresión común en nuestro uso del árbol "genealógico" y del árbol de navidad, el cual siendo un árbol de follaje perenne simboliza la inmortalidad del espíritu.

Aunque González Marrero expresa estas ideas positivas en su trabajo, también expresa exactamente  lo contrario. No son árboles completos, con follaje, después de todo, sino ramas y fragmentos que hablan de un ataque contra el "árbol de la vida".

En cierta forma, los fragmentos de árboles de González Marrero son prisioneros recluidos en cajas-celdas, "restos de vida" cortados que raramente escapan del borde de la caja. El artista incluso coloca algunos de ellos detrás de alambre de gallinero, apoyando la analogía del encierro. Siempre resulta interesante cuán expresivo y revelador resulta el arte cuando comenzamos a preguntarnos qué significa. El lenguaje de formas puede leerse casi tan claramente como nuestro lenguaje de palabras.

Pero la vida continúa, aún si es solo una lucha por la supervivencia, como sucede en "Transmutación", donde una rama cercenada de sus raíces, emerge sin embargo a través de tres bloques de madera separados que la encierran para retoñar, aparentemente victoriosa - aún cuando sea solo una victoria menor- a través del extremo superior de la última caja.

Rolando González Marrero nació en Caracas, Venezuela. Inicialmente trabajó en formatos bidimensionales pero a partir de 1995 se vuelca a la escultura. Influenciado por el compositor John Cage, quien a su vez estuvo influenciado por el antiautoritarismo de Dadá y la improvisación subconsciente del Surrealismo, no sorprende pues que González Marrero sea también libre, espontáneo y abierto al "accidente oportuno", al desarrollo inesperado en su trabajo. Sus obras se encuentran en colecciones privadas de Norte y Suramérica e Israel.

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